En una de las zonas de más solera de Madrid, donde comienza a ser peatonal la calle Fuencarral, se levantaba un anciano edificio cuyo primer plano de fachada data de 1863. Su antigüedad, tipología clásica constructiva y su estética que responde a la del edificio del entorno histórico de la capital, supusieron su inclusión en el catálogo de edificios protegidos de Madrid.
La organización estructural original del edificio responde a la tipología constructiva de la época. Las fachadas principales son portantes, como también los son las de los patios y las medianerías. Entre las fachadas se ubican muros de carga lineales conformados por fábrica de ladrillo y pies derechos que condicionaron la distribución interior final al igual que los huecos de fachada.
El reto al que se enfrentaron los Arquitectos Javier Lampreave y Natalia Meana de SML Global Projects, fue devolverle el esplendor original al edificio mediante una intervención plagada de cariño y dedicación, para transformarlo así en un moderno y confortable hotel de referencia con tecnología del siglo XXI.
Para conseguir este objetivo se tuvo que compaginar un criterio arquitectónico estricto que respetara el alma clásica del inmueble con un cuidado y moderno diseño interior que respondiera a las necesidades de los clientes actuales. Para ello se han recuperado in situ elementos característicos de la época como las contraventanas capuchinas de madera, los balcones de forja, los muros de ladrillo visto en algunas de las estancias, y la escalera principal. En las cubiertas del edificio, que han sido reconstruidas, se han mantenido las beatas originales y la tan característica teja árabe, permitiendo su disfrute al generar una terraza superior accesible para los Clientes. Igualmente se ha potenciado la presencia de los patios interiores mediante un ascensor panorámico que da vista a un jardín vertical.
Enlaces de interés:
“Como se rehabilita un edificio de más de 180 años”
“Inauguración del Hotel Fuencarral 52”